Tarde.

Estoy en mi casa. Ya es lunes a la mañana y dos amigas ajenas a la carrera universitaria se han quedado a dormir. Estoy durmiendo pero escucho que hablan abajo con Padre así que bajo. Luego, salen a la puerta del edificio y, por alguna extraña razón que desconozco, salgo corriendo tan desesperada que como no encuentro algo que ponerme salgo en remera y bombacha. Me tapo como puedo hasta que me siento en la vereda. De pronto, en la vereda de enfrente empieza a sentarse gente. ¡Estoy desnuda en la vía pública y encima hay gente allí que no se va! Le pido a una de mis amigas que ahora es, de pronto, una ex compañera del colegio (la misma del sueño “Intereses Personales) que me traiga aunque sea un pañuelo de mi casa para poder levantarme del piso y dejar mi postura ideada para ocultar mi desnudez. Llega con un pañuelo verde grande. Me levanto del suelo y me siento casi en la puerta del edificio. De dentro comienza a salir dos filas largas de niños pequeños con guardapolvo. Detrás de ellos, salen en forma desorganizada unos animalitos blancos parecidos a pequeños monitos titi blancos- Cada vez son más pequeños hasta parece pequeñas ratas o cornatilitos blancos cuadrúpedos (nota: parece ser una referencia a la película La Brújula Dorada donde cada persona tiene un “demon” que es como un trozo de su alma que lo acompaña y tiene forma de anima: justamente la vi ayer antes de dormir). Tengo miedo de aplastarlos con la puerta pero finalmente salen todos a la calle. Meto mi mano en el bolsillo (nota: algo incomprensible porque hasta hace un minuto estaba desnuda pero claro: es un sueño) y saco un papel que parece ser unos horarios. El horario dice que tengo clases el lunes a las 9 de la mañana: “Me estoy perdiendo mi primera clase”. Pienso que no puede ser, que es un horario viejo. Pienso que cambie tantas veces de horarios que seguro me equivoque. Lo siento como si fuera el fin del mundo. No puede ser cierto: tiene que ser un juego. Abro los ojos. Estoy en mi cama y es domingo.

30/03/2008